Con ocasión de la proximidad de la elecciones generales del pasado domingo, distintos países de nuestro entorno europeo dedicaban espacios en todos sus medios de comunicación expectantes, quizás ahora mas que nunca, a unos resultados que fueran los que fuesen iban a influir también en sus economías, dentro de este nuevo nivel de globalización en el que vivimos, donde todas las decisiones adoptadas por cualquier país, especialmente en el orden europeo, deciden o influencian, cuanto menos, la conducta de los mercados.
En esa linea de edición, el periódico francés Le monde dedico el pasado sábado, 19 de noviembre, víspera electoral, un especial sobre nuestro país que englobaba todos los ámbitos posibles: cultura, deportes, política, ciencias y, como no, economía. Es en esta ultima sección en la que el rotativo francés elige una empresa que represente y simbolice el mundo empresarial español y la elegida, por méritos propios, fue el grupo empresarial El Corte Ingles.
Icono de éxito y representación del mal llamado "milagro español", El Corte Ingles es contemplado desde el rotativo francés con la imparcialidad propia del desconocido, una visión virgen, no contaminada por prejuicios y, sobretodo, lejos de cualquier sospecha de interés particular.
Tras el relato de los inicios y trayectoria de este gigante de la distribución española, es la actualidad y la forma en que esta compañía afronta la crisis la que centra la atención del conocido diario. En pocas ocasiones tenemos la oportunidad de ver a los portavoces de esta compañía hacer manifestaciones, lo que ya de por si constituye una novedad, pero lo realmente sorprendente ha sido lo que nos trasladan sus declaraciones. Nos hablan de una empresa con unos fuertes medios económicos y sin necesidades financieras, algo que viene avalado por los últimas cifras que arroja su ejercicio económico del 2010 lo que les aleja de una posible incursión en la Bolsa. Es sorprendente que estas declaraciones se hagan tan solo dos semanas después de que el grupo empresarial modificara las condiciones laborales de parte de su plantilla, reduciendo duramente sus salarios en determinadas áreas de trabajo y alegando para ello, entre otras, causas económicas.
Pero, sin duda, la novedad es como un medio de comunicación expresa, abiertamente, el lado oscuro de esta cadena de distribución, la opacidad en su política empresarial y sus reiteradas condenas por discriminación, en especial en materia sindical, y la descripción de como son sus propios departamentos sindicales los que copan los órganos democráticos de representación laboral de los trabajadores. Y es que, los brazos del gigante verde que todo lo pueden abarcar en España, no alcanzan a controlar a la cercana Europa y de nuevo es desde Francia desde donde nos llega la ansiada democracia en aquellos lugares donde en nuestro país no ha llegado a entrar.
TRADUCCION DEL ARTICULO: "EL CORTE INGLES, EL PATRON ESPAÑOL"
Madrid, 20 de Noviembre de 2011
En la noche madrileña, no lejos de la Puerta del Sol, obreros se afanan en fijar elegantes focos blancos para iluminar la fachada del gran almacén El Corte Ingles de la calle Preciados. El gigante español de la distribución se prepara para el que es el periodo mas intenso y mas fructuoso del año, la Navidad y el año Nuevo, dos semanas que representan cerca del 20% de sus ventas anuales.
El concepto es simple, a penas sin competencia: todo se vende bajo el mismo techo. Necesita un paraguas, una cocina nueva, un ordenador o un seguro a todo riesgo, quizá le apetece unas vacaciones en el extranjero, un masaje, una joya, o simplemente hacer las compras de la semana, todos los españoles saben donde se encuentra El Corte Ingles mas cercano. En sus cafeterías situadas en la ultima planta, la vista es en ocasiones tan excepcional que se recomienda en muchas guías turísticas.
La firma, sin equivalente en Francia, simboliza el éxito de un grupo familiar, no cotizante en Bolsa,que celebrara en 2012 su 75 aniversario. Milagros Novo Feito, propietaria del restaurante Lhardy, el mas chic y el mas antiguo de la capital, abierto en 1839, resume el concepto a su manera: España la componen diecisiete comunidades autónomas federadas por El Corte Ingles. Una especie de cemento nacional. Con 79 centros comerciales en todas las ciudades españolas y dos en Portugal, la empresa toma cada día el pulso de la sociedad. Imposible escapar a su logo, el pequeño triángulo verde.
Sin embargo, El Corte Ingles es una compañía discreta hasta la opacidad: ninguna critica en la prensa, sobre este potente anunciador. Miércoles, 16 de noviembre, como es habitual, el grupo empresarial publicaba una pagina entera de publicidad en colores en los diarios El País, El Mundo, El ABC, La Razón...El presidente del grupo, Isidoro Alvarez, 76 años, jamas ha dado una entrevista. cuando el periodista Javier Cuartas escribió una monografía, en 1991, titulada "La Biografía de El Corte Ingles", los 20.000 ejemplares de la primera edición jamas llegaron a las librerías...
En la sede de la compañía, Diego Copado, director de relaciones externas, admite que sus dirigentes "prefieren mantenerse discretos". Subraya que a pesar de ello las cuentas de la compañía se publican anualmente "como las empresas que cotizan en Bolsa". Entrar en la Bolsa? "Eso no es una finalidad en si, sino un medio. Y El Corte Ingles no necesita medios financieros".
La historia comienza en 1890 en Madrid, con una pequeña tienda de confección, de ahí su nombre, El Corte Ingles, intentando evocar el estilo chic ingles. Es comprado por Ramon Areces Rodriguez, un joven que había descubierto en America las reglas del comercio y de los grandes centros comerciales. Adquisiciones y aperturas se van sucediendo.
Y así la cadena se va desarrollando al ritmo de una historia mas o menos gloriosa. Cuando la España franquista enviaba trabajadores a Alemania, para paliar la falta de mano de obra del Reich, en 1941, El Corte Ingles, vende millones de el llamado "lote del emigrante" cuenta detalladamente el escritor Juan Eslava Galán en su libro "Los años del miedo". Un ajuar obligatorio compuesto por tres camisas, varios pañuelos, un pantalón, un par de botas, un gorro, un par de calzoncillos...
La empresa familiar ha atravesado la segunda guerra mundial, el franquismo, la transición democrática de mitad de los años setenta, acompañando el nacimiento de la clase media y su nuevo apetito consumista. Ha vivido el crecimiento espectacular de España, el famoso "milagro" de principios de siglo XXI, alimentado por fondos europeos y llevado por la burbuja inmobiliaria.
A pesar de los sobresaltos económicos de los últimos años y la explosión del paro, el grupo goza de una salud insolente, a penas tocada. En 2010, El Corte Ingles ha abierto dos nuevos centros en Cataluña y en Andalucía, e invierte sin cesar. Los beneficios de los grandes almacenes alcanzaron los 392,4 millones de euros en 2010. En 1979 funda la cadena Hipercor y, en los años siguientes, los supermercados de cercanía Supercor, las tiendas de moda de la marca Sfera, Optica 2000, Bricor para el bricolaje, cerca de 600 agencias de viaje, de las cuales 75 se encuentran ubicadas en el extranjero.
Acumula superlativos: primer grupo de la gran distribución en Europa, líder del comercio en España, ocupa los primeros puestos del ranking del país en Buendía de empleados con 102.700 asalariados, de los cuales el 91% disfrutan de un contrato de duración indeterminada. Un récord.
Para afrontar la crisis, la empresa ha apostado por el desarrollo de determinados servicios para la clientela y, paradójicamente, por el lujo. En el interior del renovado centro de La Castellana, las "calles de lujo" están embaldosadas de mármol blanco y negro, e iluminadas por logos en letras doradas, Hermes, Vuitton, Prada, Gucci...Solo faltaba Rolex, que desembarco a finales de octubre. Cerca de 11 millones de españoles son titulares de la tarjeta del gran almacén, que les otorga facilidades de pago. "El Corte envía SMS a sus clientes por su cumpleaños, por año nuevo", se extasía Roberto, 37 años, taxista que cubre la parada de una de las entradas del gigantesco centro de Sanchinarro, en el noreste de Madrid.
Los clientes se apresuran en comprar la cesta de Navidad que todo español regala a sus próximos días previos a la Navidad. Los precios varían desde una treintena de euros por dos o tres botellas de vino, jamón, espárragos, dulces, cafe, hasta cerca de 1300 euros. De todo, para todos los bolsillos.
"Cuidan del cliente de manera obsesiva, señala Javier Millan Astray, director general de la Asociación nacional de grandes empresas de la distribución. Su marca distintiva, es sobretodo la confianza que inspiran". Si no esta satisfecho con su compra, El Corte Ingles se lo cambia o le devuelve el dinero. Milagros Novo Feito, dice divertida: " Cuantas mujeres de la alta sociedad me han contado haber comprado un vestido de fiesta, haberselo puesto, y devolverlo al día siguiente!". Dos "indignados" de la Puerta del Sol, Héctor, 24 años, cabellos largos sobre una casaca tipo Che Guevara, y Mikel, 25 años, confiesan ir, ellos también, a El Corte Ingles: "Es mas caro que otros lugares, pero la diferencia de dinero se ve en la calidad", dicen.
El cliente es el rey. En la saga "Au bonheur des dames", Emilio Zola escribía en 1883: "la dirección se mostraba despiadada ante la mínima queja de los clientes: No se admitía ninguna excusa, el empleado jamas tiene razón." Un siglo después, El Corte Ingles una variante de la expresión en su reglamento interno: "El cliente siempre tiene razón". Si bien la regla escrita ha desaparecido, ese mandamiento continua vigente. Cada vendedor lo aprende desde su primer día de trabajo.
Diego Copado asegura que el dialogo social es una marca distintiva de la empresa. La afirmación enerva a las dos confederaciones españolas. La Union General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CC.OO), casi prohibida su presencia, según ellas. De hecho dos sindicatos de la misma empresa FASGA (Federación de asociaciones sindicales) y FETICO (Federación de trabajadores independientes de comercio) son ultramayoritarios. Los "amarillos", como los llaman UGT y CC.OO. La empresa ha sido repetidamente condenada por discriminación sindical en Navarra, Pais Vasco o Cataluña.
"El sistema esta claramente pervertido, explica Cristina Estévez Navarro, de UGT. Se obliga a afiliarse a FASGA, que es el sindicato creado para los cuadros y mandos por la empresa, si lo que se pretende es conseguir un contrato indefinido". Ningún avance es posible sin pasar por esos sindicatos de la empresa, añade. Claudio García y Pilar Armesto, de CC.OO, detallan el sistema. Al salario mínimo ronda los 870 euros, se añaden las comisiones que cada vendedor sobre sus ventas. "Si el vendedor esta en un buen departamento, como fotografía, boutique de caballeros, puede llegar a ganar varios cientos de euros extras. Pero también se puede ser destinado a un departamento mucho menos lucrativo, es lo que nosotros denominamos los puestos de castigo".
La dirección lo niega, y hacer valer el confort social de la empresa."En estos tiempos de crisis, ser asalariado aquí, es como estar en la función publica", alega una vendedora del departamento de zapatería que prefiere mantener su anonimato. Un jefe de departamento de moda masculina, afiliado a FASGA, define el clima social como perfecto." Jamas se ha producido una huelga, esa es la prueba de que toda va bien, no?". Esta ausencia de conflicto, tanto UGT como CC.OO, la atribuyen al miedo y al clima de vigilancia que reina.
Bajo la sospecha de paternalismo y de una buena dosis de corporativismo, Isidoro Alvarez, presidente del grupo desde 1989, continua con su desarrollo. "Su fuerza puede ser también su debilidad, analiza Marteen de Groot, secretario general de la Asociación Internacional de grandes almacenes. El Corte Ingles es el paso obligatorio para todas las marcas que quieren implantaras. Pero la falta de competencia puede conducirlo también a bajar la guardia. Y España se le ha quedado pequeña".
El futuro del Pais, en víspera de las elecciones, en plena crisis económica, no inquieta a la compañía. " Saldremos reforzados de la crisis, como siempre, El Corte Ingles se adaptara", quiere creer Diego Copado. En fin, a la salud de España...
El periódico francés Le Monde destaca en un artículo la opacidad en la gestión empresarial de El Corte Inglés y su política de discriminación sindical