Siguiendo con su tradición el Grupo El Corte Inglés acaba de presentar los resultados económicos del último ejercicio, que se corresponde con la situación de la empresa durante el año 2009 y lo transcurrido del presente.
Y destacan de sus números una situación de ?estabilización de los beneficios? (sic) por valor de 369,17 millones de euros. A lo que habría que añadir que frente al fuerte retroceso de sus cuentas durante el año 2008 ? refiere la prensa una previsión de retroceso del 47% - el ejercicio del 2009 ha tenido una mejoría del 1,5%, más resaltable si se compara con la anunciada caída del 2008 que se acerco al 18%.
Siguen destacando de sus llamativos números el sostenimiento de la actividad de su empresa matriz, y desgranan las pérdidas del resto de marcas.
De toda esta ensalada numérica sólo hay una breve referencia a lo que denominan ?fuerza laboral?, de la que destacan un empleo fijo del 91% y una pérdida de 1815 puestos de trabajo, que catalogan como empleo de temporada.
Pero si arañamos un poco en su memoria económica y observamos con detenimiento la situación laboral ? auténtica generadora de esos beneficios ? habría que destacar que lo ocurrido durante 2008 y 2009 ha supuesto una pérdida sustancial de empleo al haberse eliminado la contratación ? que era habitual y cíclica ? de todas las campañas comerciales. Nos referimos a las veraniegas, navidades, rebajas, etc. Y toda esa eliminación la han sustituido con personal fijo, gracias a la firma de un convenio colectivo que les ha permitido la mayor desregulación horaria conocida en el sector y con ello la adecuación de las plantillas a las exclusivas necesidades empresariales. Para lograrlo han tenido que pasar por encima de derechos consolidados de los trabajadores y trabajadoras, provocando la imposibilidad de conciliación personal y laboral y, lo que es más grave la destrucción efectiva de empleo fijo, como bien reflejan sus propios datos.
Además a las ?ventajas? que han logrado con la aplicación de tan lamentable convenio colectivo, debemos sumar el sustancial ahorro que ha supuesto para sus cuentas la pérdida que han tenido los trabajadores de la garantía el 100% de sus salarios en los casos de enfermedad.
Y a este triste suma y sigue ? negativo para los trabajadores y trabajadoras ? habría que añadir la agresión económica que supone la pérdida de la cláusula de revisión salarial, sobre la base de un incremento que en estos momentos es inferior al IPC, y la ausencia de aumento salarial durante los próximos cuatro años para los complementos salariales ? habituales en las nóminas de este grupo empresarial -.
En conclusión, podemos decir que la base de esta mejoría empresarial está fuertemente sustentada en el claro debilitamiento de las condiciones y derechos de los trabajadores y trabajadoras que generan, básicamente, su actividad y prestigio.