Ahora en esta época, muchos medios de comunicación nos aleccionan con un sinfín de recetas veraniegas, escritas para todos los gustos, bolsillos y tiempo disponible.
Y precisamente, hoy en las salmón del País, se descuelga el presidente del Centre for Economic Policy Research ? me pregunto qué significado oculto tendrá esta denominación ? con su particular, y muy coincidente con toda la Patronal española, receta para hacer la auténtica reforma de la negociación colectiva.
Y su primer ingrediente consiste en debilitar la representación sindical de los trabajadores, para ello constriñe en los convenios de ámbito superior a la empresa a sólo aquellos que tengan representación en más del 10% de los comités. Con lo que logra dejar fuera a todas las medianas y pequeñas empresa donde su representación es la de delegados de personal, en nuestros sectores cerca del 80% de las mismas. Y se olvida de exigir un mecanismo democrático para determinar la representación de la patronal correspondiente, ¿será un olvido en la receta?
Su segundo ingrediente consiste en eliminar la eficacia general de los convenios de ámbito superior a la empresa, limitando su aplicación a las empresas que por sus representantes sindicales estén formalmente en la mesa negociadora o que posteriormente se adhieran. Este segundo ingrediente tiene la finalidad de insistir en el debilitamiento de la negociación colectiva y liquidar su eficacia sectorial. Como imaginareis en nuestros sectores de comercio y hostelería, nos podríamos encontrar con un reducido número de trabajadores con protección y cobertura de negociación colectiva y la gran mayoría sujetos a los mínimos estrictos de la legislación laboral o sometidos a la ?bondad? de sus patronos.
Y llega el tercer ingrediente, que consiste en anteponer la eficacia de lo concreto sobre lo general, es decir que los acuerdos de empresa puedan modificar, yo supongo que siempre a la baja, los contenidos de los convenios sectoriales, y es aquí donde el ?cocinero? se acuerda de todos los que carecen de representación sindical y que previamente los ha dejado sin convenio de referencia; pero sorprendentemente les concede la posibilidad de acordar condiciones inferiores a las establecidas para el sector. Vamos una manera de seguir insistiendo en lo único que parece que saben hacer las empresas españolas, competir sobre la base de las condiciones de los trabajadores.
Pero si quedaba algún resquicio a su brillante receta, lo termina de completar con su ultimo ingrediente, que consiste en eliminar la ?ultraactividad? de los convenios colectivos ? cualidad actual que garantiza las condiciones de los trabajadores durante la negociación de los convenios una vez finalizada su vigencia ? y este buen ?señor? plantea que si una vez finalizado un convenio no se lograra su renovación en dos años se aplique el anterior. ¿Y la representación empresarial tendrá algún interés en renovar un convenio si sabe que aplicará el que finalizó hace dos años?, seguramente no.
Pues yo creo que con estos ingredientes la única receta que se puede lograr es la movilización de los trabajadores y trabajadoras de nuestros sectores, porque claramente estaríamos perdiendo capacidad para determinar nuestras condiciones de trabajo y se estarían cuestionando principios que son garantía de la estabilidad de nuestro sistema laboral y con ello, nunca se lograría mejorar la situación actual de crisis, sino que sometería a los miles de trabajadores de nuestros sectores a las decisiones unilaterales de los empresarios.
Por ello creo que esta receta que nos recomienda el señor de la Dehesa, está cargada de recortes, de rebajas, de devaluación de condiciones laborales, de individualismo y en resumen con ello no lograríamos hacer nada apetecible para la sociedad española.
Las recetas de la Dehesa
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