Hasta ahora parecía que los viernes los tenia reservado el Gobierno para sorprendernos, mas bien, meternos el miedo en el cuerpo con sus iniciativas legislativas. Y resulta que le ha salido un competidor en labores legislativas, claro que sin el aval democrático de las urnas, me estoy refiriendo a la propuesta de convenio colectivo que la patronal de los grandes Almacenes ( ANGED) nos ha situado sobre la mesa negociadora en la mañana de este viernes once de enero.
Una propuesta que en un análisis de sus trazos mas gruesos podría hacer palidecer al mas extremista de la hornada de recortadores de derechos, en los que se han convertido los nuevos dirigentes de la política, las finanzas y las empresas.
Y así, tras desgranar los desastres que dicen haber padecido como consecuencia de la crisis económica, bajada de las ventas debido al descenso del consumo como consecuencia de los recortes salariales aplicados por los demás sectores, y pese a disponer de suficientes herramientas legales - las que gratuitamente les ha dado el gobierno con la reforma laboral - para dar solución en el seno de las empresas, manifiestan su decidida apuesta por una solución sectorial, y esa no es otra que poner sobre la mesa un convenio que generaliza el descuelgue de derechos y condiciones.
Pero repasemos alguno de las propuestas, que presentan con carácter estructural, entre nosotros, que deben perdurar en el tiempo y ser la base de las nuevas normas del sector. La primera es la referida a la jornada, planteando un incremento de la misma de tal manera que esta pase de las actuales 1770 al máximo legal que marca ET de 1826 con 27 minutos ( que fue establecida allá por el año 1982 del pasado siglo). Y con consecuencias inmediatas: disminución del salario, al disminuir el salario hora. Así dice perseguir aumentar la productividad y sin afectar al empleo ( claro no especifican que tipo de empleo).
Siguen con la eliminación de la actual compensación económica del trabajo en domingos y festivos. Y como será gratis al eliminar lo que ahora pagaban, pues plantean generalizar el trabajo en domingos, en roman paladino, todos los días de la semana son laborales y de obligado cumplimiento para todos.
Continuando con la eliminación de periodos vacacionales, con la decisión de poder disfrutar las vacaciones durante todo el año, lo que supone la eliminación de la llamada bolsa de vacaciones.
Y los permisos retribuidos actuales reflejados en el famoso apartado "h" del convenio perderán su condición de retribuidos pues de hacer uso de ellos será a cuenta del trabajador.
La flexiblilizacion de la jornada, dicen limitarla al diez por ciento, pero generalizan la planificación de la misma de manera mensual, con conocimiento previo de siete días, y con la posibilidad de modificarla por imprevistos de la empresa y sin mas tiempo de aviso que la mera comunicación.
Y si estas medidas estructurales no son suficientes para las empresas que pudieran persistir en su permanente crisis, anuncian nueva batería de recortes salariales, con el solo hecho de tener dos trimestres de bajada de ventas, que en la actual situación, bien puede ser esta la norma y no la excepción.
Y los salarios?, pues tras las mermas descritas, los congelan desde los actuales, que vienen del 2012, con una deuda del 0,3 ( sentencia de la audiencia nacional) hasta el 2016. Pero previamente le restan una paga que no se recuperaría hasta que las ventas del sector alcancen los parámetros del 2008 ( fecha que figura en los anales de la estadística oficial como hito del consumo, porque toman como referencia los resultados del año 2005).
Pero no paran en desatinos y ante una eventual persistencia de que el consumo siga sin recuperarse, los salarios seguirán sufriendo recortes en los años de vigencia. Así declaran que si el indice del ventas ( siempre teniendo como referencia el año 2008 sobre la base del 2005) del año en curso es inferior en 5 o mas puntos, los mermados salarios del 2012 se reducirán en un 5%. Y si esta reducción del indice de ventas es inferior entre 5 y 2 puntos los maltrechos salarios se reducirían en un 2%. Pero si finalmente el indice de ventas sigue siendo inferior entre 2 puntos y 0 puntos la reducción que se aplicaría sobre los salarios seria en idéntico porcentaje al de la reducción de las ventas.
Por el contrario si finalmente somos capaces de enderezar la economía y comienza a recuperarse el consumo y consecuentemente las ventas comienzan a alcanzar cifras de años de bonanza, las repercusiones en los salarios tendrían un efecto muy limitado y raquítico. Veamos: si el indice de ventas, siempre sobre la base del 2005, supera los 5 puntos de esa referencia, los trabajadores recibirían una paga extra por el valor del 1% de su salario base sin que fuese consolidable. Y si el indice de ventas se situara en un incremento entre 2 puntos y sin llegar a 5 puntos esa paga extra no consolidable tendría u valor de 0,5% del salario base. Pero si el indice de ventas tiene un incremento menor a los 2 puntos los salarios no se inmutarían de su estado de congelación.
Y el punto final de los salarios: las reducciones salariales no se consolidan de un año para otro, pero si las reducciones del indice de ventas descrito anteriormente se repitiese por dos años consecutivos, las reducciones salariales quedarían consolidadas.
Tras esta literatura solo hace falta una calculadora, un rato libre y serán muchas las probabilidades de que allá por el 2016 tengamos la actual tabla salarial reducida en un 5% como poco. Y habrán transcurrido cuatro largos y duros años.
Y a todo esto los paraempresarios de fasga y fetico que disfrutan de la mayoría sindical en la mesa negociadora sin ni siquiera molestarse en presentar plataforma.
Todo esto ha sido un viernes, pero mucho me temo que seguirán amargarnos todos los jueves de enero...
CHTJ-UGT.
Breve análisis de la plataforma presentada por la ANGED